miércoles, 15 de diciembre de 2010

Ganoko


"Mientras comíamos, María y Gerardo me platicaron la historia de los Ganoko...

Cuando los antiguos vivían, había unos gigantes del tamaño de las montañas, quienes eran tan grandes que podían arrancar con una mano cuantos árboles y plantas quisieran. Vivían ocultos en lo frío de las cuevas, donde pintaban y hacían dibujos que todavía hoy existen.
Pero los ganoko no eran buenos. Hablaban rarámuri y engañaban a la gente para capturarla y llevársela. Cuando esto pasaba, amarraban y colgaban al rarámuri preso para sacrificarlo en una fiesta y comérselo en un caldo. Así, un buen día, la gente rarámuri se organizó para quemar las cuevas, matar para siempre a los ganoko y finalmente vivir en paz. Actualmente nadie entra a las cuevas, donde están los huesos de los ganoko muertos en aquellos tiempos; ni van al sureste de la barranca, donde siguen viviendo algunos ganoko que sobrevivieron".


Fragmento Diario de Campo, 4a temporada, abril 2010.

sábado, 2 de octubre de 2010

La fotografía

"Es la tarde, aproximadamente a las cuatro o cinco, pues aquí es difícil calcular el tiempo, cuando llega el momento del día que generalmente se hace largo y un poco tedioso. Las mujeres descansan o tejen wari, los hombres aún no regresan de trabajar y los niños más grandes siguen cuidando a las chivas que están pastando en el monte. Así, durante la tarde de hoy nos quedamos Juanita y yo solas, ella pasando el tiempo como un rarámuri lo hace, observando el paisaje y pensando; yo, aburrida y sufriendo los silencios, únicamente para mí, incómodos. 
Entonces saqué mi cámara fotográfica para ver con calma y detalle todo lo que hasta este momento había capturado y sin darme cuenta, Juanita estaba observado cuidadosamente y no tanto a las fotos, sino a mí viéndolas. 
Poco a poco se acercó y las imágenes en la pantalla llamaron su atención. Sin dudarlo, colocó su pequeño dedo sobre la cámara, presionando justo donde ella misma estaba en la foto y mencionó: ¡Nijé! Pero lo que más llamó mi atención fue que automáticamente después de ella, lo siguiente que identificó con énfasis fue: ¡muní!
Con su aguda voz de niña aseguró que los frijoles contenidos en una olla grande eran un personaje más en la fotografía".

Fragmento Diario de Campo, 2a temporada, junio 2009.

martes, 17 de agosto de 2010

Chabochi

Un chabochi es el mestizo, el blanco, el conquistador que impone sus propias normas sobre las del rarámuri, el que maltrata, el que lastima y el que se siente superior. Durante la fiesta de Semana Santa, los hombres rarámuri se pintan el cuerpo con tierra blanca y una vez convertidos en chabochi tienen permiso de comportarse cruel e irrespetuosamente frente a los tarahumares de piel morena y pies ligeros.  
Frente a esto, el mestizo visitante es sólo un turista indefenso a merced de que se cobre en él justicia de lo que hicieron y merecieron sus antepasados hoy muertos. 

lunes, 2 de agosto de 2010

Biré rejoi José rawéame

"Antes de que noriki llegara y lloviera como sólo en la sierra he visto, se reunió toda la familia para comer por última vez en el día. Llegando a su casa y sentándose cómodamente con su plato de frijoles calientes, Patricio, me dijo espontáneamente algo que al principio parecía ser una broma, pero poco a poco fue convirtiéndose en una dura verdad: José murió. 
Todos dicen que lo hechizaron y es que la última vez que lo vi, hace apenas 3 meses, en verdad estaba feliz bebiendo sowiki y tocando su guitarra en la fiesta de Norirúachi. Pero en mayo, cuenta Patricio, se puso muy mal, ya no comía ni quería moverse, aunque según los médicos de la clínica no tenía nada.
Así, todos supieron lo que debían hacer. Mataron una vaca y ofrecieron a Onorúame una fiesta para curar a José y quitarle el hechizo; sin embargo, las almas ya estaban cerca y era demasiado tarde para que la fiesta funcionase. Entonces, José vivió solamente tres días más y no hubo nada que hacer, pues el curandero dice que ya olvidó cómo usar las hierbas, y finalmente José murió. 
Ese hombre de aproximadamente 50 años, de acuerdo con los cálculos de su hermana Candelaria, fue enterrado en el campo santo con un plato de frijoles sin sal, tortillas hechas por las mujeres y lo más importante, su guitarra".

Fragmento Diario de Campo, 5a temporada, julio 2010.
  

jueves, 15 de julio de 2010

Soporí

"Al anochecer, en la distancia se escuchaban tambores y la guitarra de José, quien practicaba para las próximas fiestas de Semana Santa. Nosotros comíamos juntos esperando a que la luna saliera para poder ir a dormir tranquilos. Entonces, pregunté,
-María ¿qué son las estrellas? 
Mientras terminaba de desgranar el maíz que mañana será tortillas, ella me respondió que allá arriba en el rewikaka es donde las estrellas y la luna viven. Soporí son pequeños fuegos, naiki, que otra gente prende allá arriba para, igual que los rarámuri, cocinar, calentarse y alumbrar su hogar En la inmensa oscuridad de la sierra y del rewikaka, es necesario tener luz en cada casa.
Durante unos minutos, todos dejamos de hablar y en el silencio de la noche, volteamos a ver las brillantes y luminosas estrellas que sólo en la sierra se ven así". 

Fragmento Diario de campo, 4a temporada, abril 2010. 

lunes, 12 de julio de 2010

Remeke

"Desde que salió el Sol escuché cómo Patricio cortaba leña, Candelaria desgranaba el maíz y Susana preparaba harina para remeke (tortillas).
Ya no llovía, pero hacía frío y toda la familia reunida alrededor del fuego para calentarse, tomaba café y esperaba a que la primera comida del día estuviera lista. El aroma de las tortillas recién hechas a esa hora de la mañana es indescriptible y la emoción de los niños que no dejaban de observar a su mamá, esperando a que estuviera lista la primer remeke y comerla en pedazos entre todos, era contagiosa.
Todos comimos frijoles y we sapéame remeke. Patricio dice que las tortillas deben ser gordas para que nos llenemos y comamos bien, pues las tortillas de fábrica son demasiado delgadas y dejan con hambre.
Después de unos minutos, todos satisfechos nos levantamos para iniciar el día. Patricio prometió a sus hijos regresar por la noche para comer de nuevo todos juntos".

Fragmento Diario de Campo, 3a temporada, noviembre 2009.

sábado, 3 de julio de 2010

Echi sunú tashi ga´rá ju


"Para comer maíz, en esta temporada del año hay que piscarlo. Justo cuando comenzó a oscurecer regresé a la casa para estar ahí cuando toda la familia se reuniera antes de dormir, pero al llegar solamente encontré a Susana con sus dos pequeñas niñas.
A veces el tiempo pasa muy rápido y a veces muy lento, pero hoy perdí la noción de éste y cuando pensé que sería momento de cocinar, Susana se preparó con su rebozo y sus huaraches para ir a piscar pidiéndome que la acompañara. Así, caminamos juntas y nos adentramos entre el maíz que este año no creció mucho debido a que según ella, madre de Juana y Andrea, llovió demasiado, pero no por eso dejamos de buscar el mejor sunú para piscarlo y llevarlo de regreso a casa.
En canastos sin tapas llamados wari colocamos el maíz y el frijol recogidos, mientras las niñas corrían descalzas entre los maizales y el sol se ocultaba rápidamente indicando que era el momento del retorno para que en la inmensa oscuridad de la sierra, comiéramos juntos por última vez en ese día".

Fragmento Diario de campo, 3a Temporada, noviembre 2009.