jueves, 15 de julio de 2010

Soporí

"Al anochecer, en la distancia se escuchaban tambores y la guitarra de José, quien practicaba para las próximas fiestas de Semana Santa. Nosotros comíamos juntos esperando a que la luna saliera para poder ir a dormir tranquilos. Entonces, pregunté,
-María ¿qué son las estrellas? 
Mientras terminaba de desgranar el maíz que mañana será tortillas, ella me respondió que allá arriba en el rewikaka es donde las estrellas y la luna viven. Soporí son pequeños fuegos, naiki, que otra gente prende allá arriba para, igual que los rarámuri, cocinar, calentarse y alumbrar su hogar En la inmensa oscuridad de la sierra y del rewikaka, es necesario tener luz en cada casa.
Durante unos minutos, todos dejamos de hablar y en el silencio de la noche, volteamos a ver las brillantes y luminosas estrellas que sólo en la sierra se ven así". 

Fragmento Diario de campo, 4a temporada, abril 2010. 

lunes, 12 de julio de 2010

Remeke

"Desde que salió el Sol escuché cómo Patricio cortaba leña, Candelaria desgranaba el maíz y Susana preparaba harina para remeke (tortillas).
Ya no llovía, pero hacía frío y toda la familia reunida alrededor del fuego para calentarse, tomaba café y esperaba a que la primera comida del día estuviera lista. El aroma de las tortillas recién hechas a esa hora de la mañana es indescriptible y la emoción de los niños que no dejaban de observar a su mamá, esperando a que estuviera lista la primer remeke y comerla en pedazos entre todos, era contagiosa.
Todos comimos frijoles y we sapéame remeke. Patricio dice que las tortillas deben ser gordas para que nos llenemos y comamos bien, pues las tortillas de fábrica son demasiado delgadas y dejan con hambre.
Después de unos minutos, todos satisfechos nos levantamos para iniciar el día. Patricio prometió a sus hijos regresar por la noche para comer de nuevo todos juntos".

Fragmento Diario de Campo, 3a temporada, noviembre 2009.

sábado, 3 de julio de 2010

Echi sunú tashi ga´rá ju


"Para comer maíz, en esta temporada del año hay que piscarlo. Justo cuando comenzó a oscurecer regresé a la casa para estar ahí cuando toda la familia se reuniera antes de dormir, pero al llegar solamente encontré a Susana con sus dos pequeñas niñas.
A veces el tiempo pasa muy rápido y a veces muy lento, pero hoy perdí la noción de éste y cuando pensé que sería momento de cocinar, Susana se preparó con su rebozo y sus huaraches para ir a piscar pidiéndome que la acompañara. Así, caminamos juntas y nos adentramos entre el maíz que este año no creció mucho debido a que según ella, madre de Juana y Andrea, llovió demasiado, pero no por eso dejamos de buscar el mejor sunú para piscarlo y llevarlo de regreso a casa.
En canastos sin tapas llamados wari colocamos el maíz y el frijol recogidos, mientras las niñas corrían descalzas entre los maizales y el sol se ocultaba rápidamente indicando que era el momento del retorno para que en la inmensa oscuridad de la sierra, comiéramos juntos por última vez en ese día".

Fragmento Diario de campo, 3a Temporada, noviembre 2009.

viernes, 2 de julio de 2010

Rosákame Juko

"Como todas las noches, hacía frío y todos nos reunimos al rededor del fuego para comer muní remeke yua (frijoles con tortillas). Al terminar, mientras esperábamos a que se hiciera más oscuro para dormir y a que saliera la Luna, conversamos sobre diferentes cosas y reímos mucho. Patricio comentó con alegría que sus hijos ya van a la escuela y pueden leer el castellano muy bien; se siente orgulloso y quisiera poder aprender él también, así que he prometido enseñarle a cambio de que él me aleccione sobre el rarámuri, mismo que según él no es un idioma fácil.
Entonces, ya con mayor confianza que en días anteriores, le pregunté los nombres de objetos cercanos y resultó que la clase de hoy fue sobre los colores. Chókame (negro) es totalmente inusual en los gustos de ellos sobretodo al vestir, pero la falda siyóname (azul/verde) de mi compañera de campo fue presumida como bonita por las mujeres presentes. 
Desde que llegué he visto que Candelaria usa con frecuencia faldas de manta blanca. Cuando preguntamos cómo decir blanco, ella respondió rosákame y Patricio inmediatamente señaló mi mano haciendo referencia al mismo color. Todos reímos por varios minutos y Patricio, con una gran sonrisa, me dio un nuevo nombre.
Las mujeres que ya preparaban las cobijas para acostarse pronto y soñar, rieron".

Fragmento Diario de Campo, 1a temporada, noviembre 2008. 

jueves, 1 de julio de 2010

El comienzo

"Después de horas de camino por una carretera apenas hecha y senderos poco definidos llegamos a la entrada de una ranchería llamada Abiérachi. Las nubes se acercaban y parecía que iba a llover, pero me adelanté al grupo para buscar y saludar a quien estuviera en la casa más próxima.
Kwira Patricio!
Me llené de gran alegría al verlos, la misma familia que me recibió la primera vez que fui, aún penosa y muy ignorante de ellos, quienes ahora sonrieron al verme y me hicieron en verdad sentir bienvenida al recibir un plato de arroz y cuatro lindas caras de los niños de la casa. 

Mientras las mujeres, Susana y Candelaria, terminaban de cocinar y de barrer la tierra para la cabaña portátil de su invitada mestiza que ellos llaman ahora con un tono de menor desdén, chabochi, Patricio me llevó a la orilla de la montaña para ver desde lo alto el enorme barranco entonces verde por las lluvias recientes del 24 de junio, el Día de San Juan. Ahí, él señaló dónde estaban ubicadas otras rancherías como Siótabo, Zapátare, Munérachi y Cerro Colorado, mientras que yo no podía dejar de admirarme por la inmensidad del espacio y por la gran capacidad de Patricio para ver, desde kilómetros de distancia, otras casas e incluso personas". 

Fragmento Diario de Campo, 2a Temporada, junio 2009.